Por Edmundo Pina Machín
De reconfortante es el calificativo que le dimos a la actuación del Tren en los carnavales número 60 de la ciudad de Veracruz .
Un concierto multitudinario, con la partipación activa de fanaticada jarocha y cubana, que nos apoyó sin descanso en las casi tres horas de concierto. Nuestro concierto aportó a una noche de alegría carnavalesca.
Nuestra experiencia del carnaval empieza con el viaje hacia Veracruz. El viaje de La Habana hasta Veracruz fue muy accidentado. Debíamos haber salido de Cuba a las 10 am y el periplo comenzó a las 4 pm, quedando desarticulada todas las conexiones de los siguientes vuelos hasta el destino final. Esto trajo como consecuencia que estuviéramos más de 26 horas trasladándonos a dicha ciudad y el agotamiento oportunista se adueñó de nuestro estado de ánimo.
El descanso no fué como estaba previsto pero si logramos reponernos y estar listos a la hora fijada para el comienzo de la presentación. En esta oportunidad compartimos el escenario con el colombiano Alberto Barro, un excelente trombonista acompañado de su orquesta, muy popular por estos lares, creando su actuación un ambiente muy favorable entre los asistentes.
Finalmente, aparecimos en la escena a la 1 y media de mañana y la alegría reinante nos despojó de cualquier síntoma de cansancio. El tren comenzó su andar pausado pero indetenible, alcanzando la velocidad que marca la ricura, en primeros compases del tema «Llego Van Van». De ahí en adelante nuestra interpretación no permitió que el público se mantuviera sentado, dando muestra cada cual de sus habilidades danzarías. Las banderas cubanas comenzaron a ondear en manos de nuestros hermanos como símbolo de amor, reafirmando que la cubananía se mantiene viva, donde quiera que estemos.
Vanessa en el escenario
músicos a punto de salir al escenario
esperando para empezar a tocar
Vanessa en la gran pantalla
Al término del concierto, llegaron los agradecimientos por parte de los asistentes y organizadores del evento. Entre estos, agradecimientos nos sorprendió una historia conmovedora. En las afueras de la instalación nos esperó la hija de un fiel admirador de la orquesta. Nos contó que su papá es fan a Los Van Van pero que no pudo asistir al concierto ya que, a consecuencia de un accidente, su papá había quedado casi parapléjico y no existían las condiciones para que su papá asistiera al concierto. Pero su hija quería vernos personalmente para agredecernos. Con lágrimas en los ojos, junto a su esposo, nos contó que su padre había utilizado la música de Los Van Van como parte del tratamiento de recuperación. Nos contó que nuestra música es una fuente de inspiración para la recuperación de su padre. A partir de esto, la hija y su papá tratan de obtener en sus manos cuanta música exista de Los Van Van.
Aunque extenuados por el esfuerzo realizado en la actuación, aquella declaración nos desconcertó emocionalmente y nos hizo reflexionar acerca de lo que significa ser integrante de esta agrupación. Hemos escuchados varías anécdotas parecidas y nos demuestran que no sólo es música lo que hacemos, también logramos estimular el alma y darle fuerza a la mente para que mucho seres humanos sigan adelante. En mi interior solo atiné a pensar: gracias Juan Formell y Los Van Van por darme esta posibilidad!
Mundele
Crónicas de Mundele Van Van 